Poca gente sabe que existe en la agricultura tal fenómeno como la cría de ciervos colorados.
Sin embargo, para la región de Altái, donde las condiciones climáticas impiden el desarrollo de los sectores agrícolas tradicionales, esta actividad ha acabado siendo predominante. Más aún, en los difíciles años noventa del siglo pasado precisamente la cría de ciervos colorados se convirtió en la locomotora del desarrollo económico de la provincia, orientado a las exportaciones de los cuernos de los ciervos.
La mayor parte de los cuernos que permanecen en conservación y posteriormente son usados para conseguir extractos medicinales es enviada al extranjero, en concreto a Corea del Sur. Pero el precio de esta materia prima ya no permite recibir el beneficio deseado y necesario para el desarrollo del sector.
Los ganaderos no se dejan llevar por la desesperación y, en cooperación con centros de investigación científica y empresas farmacéuticas, intentan elaborar diferentes preparados que son ofrecidos al consumidor ruso. Además, de una forma paulatina se está desarrollando el turismo ecológico, personas de todo el mundo acuden a Altái para recibir tratamiento con producto recién obtenido. Así, existe una lista de espera de un año para tomar baños medicinales.
La cría de ciervos colorados
El ciervo colorado, o ‘cervus elaphus’, es una especie que habita en las regiones de la taiga montañosa y premontañosa. Se cree que los cuernos de estos animales, recubiertos durante un determinado tiempo de un suave vello aterciopelado, poseen propiedades curanderas únicas, al igual que su sangre. En el siglo XIX los cazadores furtivos casi llegaron a exterminar la especie por culpa de unos cuernos que en aquellos momentos tenían un precio desorbitado. Así que con el objetivo de preservar a los ciervos colorados, a finales del siglo XIX se empezaron a fundar criaderos especiales.
Actualmente, más de la mitad de los criaderos están situados en la zona Ust-Koksinki, área del hábitat natural de los ciervos colorados. En la República de Altái está concentrado cerca del 60% de todos los ciervos criados para cuernos.
“Tenemos a los animales en condiciones medio naturales, no están domesticados, pero tampoco son del todo salvajes. En las montañas están cercadas 3.000 hectáreas de suelo para el criadero. Están divididos en sectores, denominados “jardines”, cuenta el ganadero de uno de los criaderos más importantes, Alexander Klépikov.
Estos segmentos permiten que los animales de diferentes edades no se mezclen y facilita el control de su reproducción.
Sin embargo, precisó Alexander, dicho método tiene sus dificultades: los animales corren determinados peligros. Así, a los recién nacidos los pueden atacar las águilas. Y a los técnicos no les queda otro remedio que disparar a estas aves incluidas en el Libro Rojo de las especies amenazadas. A menudo en el territorio del criadero penetran lobos e incluso osos.
“Hemos comprado escopetas a nuestros colaboradores, y aunque las águilas figuren en el Libro Rojo son nuestros peores enemigos en la época de reproducción. Permanecen al acecho y al nacer el la cría enseguida atacan. Vienen en bandadas, como si lo hicieran a propósito”, explica Alexander.
Un ciervo colorado vive un promedio de ocho o nueve años y se le pueden cortar los cuernos unas siete veces en toda su vida. El proceso empieza al cumplir el macho dos años. Los ciervos con unas cornamentas de más de diez kilos se seleccionan para la reproducción. De esta forma se aplica una especie de mecanismo de mejora de calidad de los cuernos.
Cuernos que curan
Los cuernos son cortados solo una vez al año, entre finales de mayo y principios de julio, en ese momento los cuernos son ya del tamaño adecuado, pero todavía no se han calcificado. Al animal se le conduce por un pasillo a un aparato especial, se le fija la cabeza, se le tapan los ojos y en cuestión de dos o tres segundos se le cortan los cuernos. La herida se desinfecta y se cubre de arcilla para evitar la hemorragia.
En breve se procede a cocer los cuernos, colocados de manera horizontal en una gran caldera. “Cinco o seis personas se colocan cerca de la caldera con agua hirviendo, se ponen las manoplas para no quemarse, sujetan los cuernos y los meten en el agua. Después de aguantarlos tres minutos, los sujetan la misma cantidad de tiempo en el aire, luego viene un periodo de dos minutos y más tarde, varias etapas de un minuto. Todo depende del tamaño de los cuernos”, cuenta Alexander Klépikov.
La cocción se lleva a cabo durante dos días, tras lo cual los cuernos son enviados a la ‘sauna’, una estancia con una temperatura de más de 80 grados. También hay varias etapas del tratamiento, al final del cual la temperatura baja hasta 60 o incluso 70 grados. El resultado son los llamados “cuernos en conserva”.
“De esta manera se les saca el líquido y los cuernos pierden cerca del 64% de su peso inicial. Luego son vendidos y procesados”, relata el técnico.
Propiedades milagrosas y tipos de tratamiento
Cerca de la caldera donde se cuecen los cuernos hay un espacio acondicionado para que los visitantes tomen baños con el agua de la cocción. Estos baños son famosos en todo el mundo y se considera que tienen efectos curanderos. Viene gente de Moscú, San Petersburgo, de otras ciudades rusas e incluso del extranjero. En el mes y medio que dura la recolecta de los cuernos, el criadero recibe hasta 150 visitas.
“Los estudios realizados por los médicos han revelado un cierto efecto de este agua, pero han sido incapaces de explicar a qué se debe. Hay quienes aseguran que tiene un efecto tonificante, estimulante e incluso rejuvenecedor, uno se siente mejor después de estos baños”, prosigue Alexander.
Los preparados en base a la sangre de los ciervos también tienen fama de tener propiedades milagrosas. Es extraída de la yugular poco antes de cortarle los cuernos. Se cree que esta sangre, al pasar por los cuernos en crecimiento, se convierte casi en panacea universal.
Los expertos aseguran que un efecto especial se consigue si se toma sangre fresca del ciervo o se toma un baño con ella. La sangre conserva sus propiedades solo durante 2 horas desde su extracción. En este tiempo ha de ser consumida o procesada.
A pesar de que en la cultura actual el consumo de sangre fresca es considerado una salvajada, hay bastantes interesados en recibir este tipo de tratamiento.
“La sangre extraída a los ciervos y los preparados en base a ella mejoran la capacidad de adaptación del organismo humano. Así, un baño con la sangre del ciervo colorado ayuda a eliminar del cuerpo el ácido láctico y el paciente se da cuenta de que su organismo literalmente se renueva”, relata Alexander Shebalin, director técnico del Centro antidopaje de Moscú, quien elaboró una técnica propia del procesamiento de la sangre de los ciervos.
Fue el primero en dedicarse, hace unos 20 años, a dicho tema. Actualmente el investigador, con un equipo de elaboración propia, prepara la llamada “sangre disecada”, una especie de materia prima en base a la cual se obtienen diferentes preparados.
Cuenta que los preparados de la sangre de los ciervos han encontrado aplicación en el deporte profesional en calidad de tratamiento libre de dopaje. Y famosos tenistas, boxeadores, jugadores de hockey, esquiadores y futbolistas suelen recurrir a él. Al mismo tiempo, prosigue, se pueden aprovechar, además de medida de profilaxis y para la estimulación, para combatir serias enfermedades. Además, un gel elaborado en base a la sangre de los ciervos alivia los síntomas de la psoriasis.
“Estos preparados estimulan las defensas del organismo y disminuyen los riesgos de ciertos males, como por ejemplo el cáncer. Además combaten el estado de cansancio crónico y las alergias, también en los niños, y mejoran la calidad de la vida sexual”, asegura Alexander Shebalin. Los geles, poseen propiedades regenerativas, permiten solucionar el problema de la celulitis y se han mostrado eficientes para quitar los hematomas.
Sin embargo, al igual que en el caso de cualquier medicamento, pueden ser aplicados únicamente con la consulta previa del médico.
Opinión de un experto
“Los médicos aseguran que durante la cocción de los cuernos se libera un isotopo de carbono, el carbono-13, que al tomar uno los baños, penetra a través de la piel y las capas subcutáneas en todas las células del organismo y propicia su saneamiento. La sangre de los ciervos añadida al agua mejora el estado de los huesos y de la médula, que es la principal responsable de las defensas del cuerpo humano, beneficia el sistema nervioso central y el osteomuscular. De modo que el saneamiento es completo”, señala el vicedirector del Instituto de Investigación Científica de la cría de ciervos, Alexei Nepriyátel.
Según sus palabras, los baños con el agua de cocción de los cuernos están ganando cada vez mayor popularidad y en algunos centros de ganadería hay una lista de espera de meses.
“Julio es el mejor mes para tomar baños, porque los cuernos contienen muchos microelementos y hormonas, con el máximo potencial de estimulación biológica”, añadió el investigador. Recomendaría este tratamiento a las personas que padecen obesidad y trastornos cutáneos. Además, a Altái acuden parejas con problemas de fertilidad y víctimas de accidentes de tráfico. “Suelen notar una clara mejoría”, explica Alexei Nepriyátel.
Los médicos coreanos, creen que cualquier persona, independientemente de su estado de salud, ha de recibir sin falta todos los años un curso de baños.
Sin embargo, el experto se muestra muy escéptico acerca de la capacidad de los baños de prevenir enfermedades oncológicas. “Los médicos no los suelen recomendar a los pacientes que padecen cáncer, porque podría producirse un crecimiento espontáneo de las células malignas. El mecanismo no está estudiado del todo”, concluyó.
El negocio de la cría de los ciervos
De acuerdo con las previsiones, este año en los centros de ganadería de ciervos de Altái se cortará un total de entre 100 y 150 toneladas de cuernos que después de su cocción se reducirán a unas 38 toneladas. La mayor parte, hasta el 95%, se destinará, como es habitual, a Corea del Sur, donde tradicionalmente son usados como parte del tratamiento médico.
“Los chinos suelen comprar los cuernos para revenderlos luego a Corea. Parte del producto se exporta a Estados Unidos, en concreto a Los Angeles, donde están concentradas importantes comunidades coreanas”, cuenta Valeri Répnikov, director de Altayfarm, empresa exportadora de cuernos en conserva. En 1995, agrega, vendía el producto a 1.000 un kilo. Después de la crisis en Asia Oriental, los precios cayeron cuatro veces.
Curiosamente, el sector fue salvado por el derrumbe del rublo de 1998. “Porque el precio se redujo cuatro veces, pero el rublo se devaluó seis veces, de modo que en rublos el precio por un kilo de cuernos creció 1,5 veces. Fue la salvación del sector y con él, de la agricultura de la región”, explicó.
“A partir de los años 90, la rentabilidad de los centros de cría de ciervos era del 700%-800% y esos beneficios extraordinarios permitieron sobrevivir a los demás sectores de la economía de la república”, relató Valeri Répnikov. En los años 2000, sin embargo, la situación cambió: a causa de la crisis global el precio de los cuernos en el mercado exterior subió demasiado lentamente. “Oscila entre 200 y 350 dólares por un kilo, dependiendo de la calidad del producto. Los costes de la producción aumentaron en estos años hasta tal punto que el beneficio de los ganaderos no supera un 10% o un 15%”.
Según Valeri Répnikov, en los próximos años el precio debería fijarse entre 450 y 500 dólares por un kilo, de lo contrario será muy complicado mantener el sector funcionando. Actualmente sobrevive gracias a las subvenciones provenientes de los presupuestos federal y regional, que este año equivaldrán a unos 1,3 millones de dólares.
“Los centros de cría de ciervos ya no pueden desarrollarse, para ello es necesaria una rentabilidad del 30%, como mínimo. Si no, dependeremos eternamente de las subvenciones y será insostenible. Existe el peligro de que los directores de los centros lleguen a la conclusión de que es más rentable criar a los animales para la carne”, opina el director de uno de los criaderos, Alexander Yermílov.
Según Valeri Répnikov, las esperanzas del sector están relacionadas con el consumidor nacional capaz de competir con los clientes extranjeros y estimular de este modo el aumento de precios en el mercado exterior.
Precisamente para el mercado interno se preparan los cuernos en conserva y también los congelados, usados en algunas clínicas del Cáucaso del Norte para preparar baños medicinales según un procedimiento único. Se fabrican también complementos alimenticios en base a los productos de ganadería, miel y plantas endémicas de la región.
Fuente: http://mundo.sputniknews.com/opinion/20120628/154192402.html
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