Sin necesidad que adoptes por completo la filosofía espiritual del Tantra, puedes beneficiarte al practicar ejercicios y posturas, con la intención de crear mayor intimidad y conexión con tu pareja. La filosofía subyacente al Tantra es la integración física, emocional, mental y espiritual en todos los aspectos de nuestra vida diaria, incluida la sexualidad. Esto implica una actitud de respeto y reverencia por la vida y por las personas.
La siguiente práctica la puedes realizar en las noches, cuando te sientes muy cansado para un encuentro sexual completo, o en las mañanas, antes de correr a iniciar tus actividades de todos los días. Necesitarás cierta dosis inicial de deseo sexual y, después, rendirte a la relajación y a disfrutar del contacto sosegado con tu pareja.
Invita a tu compañero(a) a explorar distintos matices en su relación sexual, caminos inexplorados hacia un universo interior de gozo y éxtasis compartido.
Como realizar esta técnica
Desde la posición donde ambos están de lado, la mujer también se acuesta de espaldas y pone la pierna más cercana a su compañero encima de su muslo (como aparece en la imagen). Esta técnica se hace más fácil si desde la posición lateral, ambos se disponen en forma perpendicular hasta lograr una variante llamada “posición de tijeras”.
A continuación él la penetra con firmeza y lentamente, a la vez que ambos reconocen la importancia de este encuentro y el tenerse mutuamente.
Estando ya unidos, pueden quedarse allí, relajados y disfrutando del contacto físico, con los ojos cerrados durante los primeros minutos. El Tantra asume que al unirse sexualmente una pareja se crea un campo electromagnético entre ambos, similar al que ocurre cuando los polos distintos (positivo y negativo) de dos imanes de atraen. Esto ocurre porque no sólo se unen los cuerpos físicos sino también nuestras energías.
Se recomienda respirar conscientemente, de esta manera tu experiencia del aquí y el ahora se hará más vívida y a la vez más relajada. Puedes mirar a los ojos de tu compañero(a) con suavidad. Esto a veces es un gran reto, ya que al principio te puedes sentir incómodo o vulnerable. Estamos acostumbrados a llenar los espacios en una relación con palabras, y cuando nos quedamos en silencio frente a otra persona nos podemos sentir “desnudos”. Cuando estamos en la intimidad sexual, solemos estar desnudos físicamente, pero vale la pena preguntarse: “¿He descubierto/abierto también mi alma a mi compañero(a)?”.
Los autores norteamericanos Al Link y Pala Copeland, son una pareja que escribe sobre sexo tántrico. Ellos expresan con hermosas palabras la importancia de la mirada entre los amantes:
“Horas, días, incluso semanas pueden pasar sin que los integrantes de la pareja se miren de verdad uno al otro. La breve pero poderosa práctica de la mirada consciente forja lazos indestructibles. Los ojos son los puentes del amor. A través del contacto visual real y profundo, ustedes comparten sus almas” (Link y Copeland, 2007, p.189).
Además de acercarte a través de la mirada, puedes decirle palabras cariñosas y tiernas a tu pareja, y expresarse mutuamente lo agradable que es estar así juntos. Pueden siempre sonreír y reír, si eso es lo que surge. Déjense fluir en el presente… Para los momentos de profunda conexión y comunión, simplemente mírense en silencio y amorosamente a los ojos y piérdanse en la profundidad del alma de su amado(a).
Permanezcan unidos así, física, emocional y energéticamente entre 5 y 30 minutos, dependiendo del tiempo que dispongan. Si él perdiera su erección, no se preocupen ni afanen en conseguirla de nuevo. Y si la volviera a recuperar espontáneamente, disfruten de esa sorpresa… Recuerden que la meta no es el coito, sino experimentar el sentimiento de unión e integración entre ambos.
Si después de realizar esta práctica sosegada sienten el deseo de efectuar la relación sexual completa, pueden hacerlo. Si no, sepárense amorosamente, y sientan agradecimiento por amar y ser amados.
Los beneficios energéticos de esta práctica son acumulativos, por lo que puedes hacer de esta práctica un ejercicio diario con tu pareja. Algo así como un “abrazo tántrico” de cada mañana o cada noche, además de darnos un beso o acariciarnos.
Reenergización. El poderoso intercambio energético entre la pareja hace que la energía psicofísica de cada quien se fortalezca y expanda.
Reserva de energía. Al no haber necesariamente eyaculación en el hombre, su energía sexual circula hacia arriba, y no hacia afuera, lo que favorece su bienestar general.
Apertura emocional. Abre con gentileza los bloqueos y el temor a la intimidad emocional y sexual.
Promueve la confianza y la comunicación con tu pareja. Crea lazos de amor más profundos, así como entendimiento y paciencia entre ambos.
Fuentes:
Richardson, D. (2004). Tantra: amor y sexo.
Link, A. y P.Copeland (2007). Sexo en pareja. Tu gran práctica espiritual.
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